martes, 21 de junio de 2016

Y entre nota y nota

Cómodamente el sofá atrapa sus entrañas mientras que los pulmones impulsan a su ser a volar, salir por aquella ventana y alzarse alto. Los ojos cerrados observan, anonadados, el espectáculo de la urbe que se extiende bajo su ombligo. No se da cuenta de que el viento ha comenzado a entretenerse en  mezclar su cabello. Acaricia, contacto, pechos y caderas. Tintinea junto a sus dedos y acaba por morder sus labios y convertirlos en aquelarre. Esta viva. Hay música... de donde emana? Se escapa, derritiendo el espacio y sus manos mientras las notas erizan cada capilar latente en sus brazos, y electrifican sus hombros... hace tiempo que dejaron de ser suyos. La cabeza comienza a dar vueltas y es imposible detenerla. El viento insiste. Insiste ocupando el lugar de sus ganas, y ahora es como si el aire la respirase a ella.  El la empuja. La inhala y suelta, zarandeada y estira, con un "movimento di fuga". Su vista toca sus cejas. Blancos los ojos y abierta la boca gime. Explota e implosiona.
Se desvanece y el aire la arrulla. Su piel, notando la humedad de los sonidos, es atraída hacia aquella ventana, lejana, que la llama y arrulla, siendo arrastrada de nuevo a donde su cuerpo ya emerge erguido y relajado. Y, por primera vez desde la inmersión, ella abre sus ojos y deja caer las manos.